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Arquitectos: Bruno Vanbesien, Christophe Meersman
- Área: 220 m²
- Año: 2011
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Fotografías:Tim Van de Velde
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Esta nueva vivienda fue edificada en un terreno sin construir, en medio de dos casas que datan de la segunda mitad del siglo XX. Es el resultado de la cooperación exitosa entre el arquitecto y el propietario, que actuó como arquitecto-asistente.
Aunque la fachada parece sugerir que detrás de los paneles de madera de afromosia se ocultan sólo dos plantas, en realidad se trata de una casa mucho más grande. La gran ventana hacia la calle, equilibrada uniformemente entre los dos pisos en planta baja y el segundo piso, provoca una lectura aún más compleja de la distribución. Desde el principio el equipo de diseño optó por una fachada discreta, y armoniosa con las casas vecinas, esto se denota aún más en el cuidadoso camuflaje tanto de la puerta de acceso, como del garaje. La ubicación del vano frontal, es más que una solución estética. La gran ventana colocada en un pedestal, logra una mayor privacidad y aislamiento de la calle, tanto para las dos habitaciones de planta y el primer piso.
Los paneles de dura madera tropical decoran la fachada, y además cubren el techo y la parte trasera de la casa, generando armonía y unidad en el uso de los materiales. La misma discreción y reserva no se encuentra en la parte trasera de la casa, donde el arquitecto ha decidido llevar a cabo un máximo de transparencia y flexibilidad para dar libertad de expresión a la personalidad del propietario. Las grandes ventanas de la planta y el segundo piso, se pueden abrir ampliamente, suavizando la transición entre el interior y el exterior de la vivienda. Este tratamiento lúdico se aprecia de mejor forma con el uso de la terraza junto a la habitación del segundo piso, donde la puerta de cristal puede deslizarse y dar espacio a la cama, que puede ser desplazada para dormir bajo las estrellas. El piso de piedra natural compuesto por baldosas de basalto en las diferentes habitaciones, así como en las terrazas exteriores maximiza el efecto aún más.
En el interior de la vivienda es imposible no notar la escalera de metal. Su estructura es lo más liviana posible para permitir un máximo traspaso de la luz proveniente de la claraboya superior a los pisos de más abajo. El marco de aluminio del tragaluz fue enyesado, para que sólo el vidrio permaneciera visible, logrando un elemento pulcro y decorativo. Todos los elementos del interior (de cocina, baño, iluminación, mobiliario) fueron diseñados con la arquitectura de la vivienda en mente. La alineación estricta de los muebles, la inventiva del diseño y el uso de materiales seleccionados, destacan aún más la arquitectura y le otorgan un especial encanto.